Luis Pastori

 


Contenido

Reseña al vuelo. 1

1 El tiempo está en el cielo. 2

2 Rubén Darío. 4

3 Intemperie. 4

3 Pero vengo del mar. 5

4  Ausencia. 6

5 Soneto para una soledad. 7

6 Bicicletas Azules. 8

7 Tan tuyas estas cosas. 9

8ª Hagamos un comentario antes de un intermedio musical 9

8b Himno de la Universidad Central de Venezuela. 10

8c Himno de la Universidad Central de Venezuela. 11

9 Fábula. 11

9 De cierto parecido con el llanto. 11

10 Olvidado por mi 12

11 Soneto en vuelo. 13

12 Nada. 13

13 Poema: 10 y 30 p.m. 15

13 Poema 10 y 30 pm en Portugués traducción Antonio Miranda. 15

14 Parentésis en zoología para reexpresar la palabra amor. 17

15 Bonus: estos son algunos de los muy pocos poemas que se encontraban en Internet. 18

15a Siempre crece un pino. 19

1a Versos Viejos para una maestra. 19

Obras y nota final 22

 

Reseña al vuelo

 

Luis Pastori nace en la Victoria, Estado Aragua, el 25 de Agosto de 1921. Escribía poesía desde los 14 años de edad hasta fundó una compañía teatral: Compañía Espaguetti.

 

Su primera publicación 15 poemas para una mujer que tiene 15 nombres, de 1942 cumplirá 80 años este 2022. Poemas del olvido vio la luz en 1945, en 1946 obtuvo el primer premio del Concurso para el Himno Universitario, por la letra junto a José Alfaro Calatrava. Poco después de graduarse como economista, alternó con labores de docencia  su producción como poeta en La Victoria (Edo. Aragua)   Las canciones de Beatriz, de 1947, contiene Versos viejos para una joven maestra (contenidos en esta selección por su belleza y sobre todo gran difusión, escrita en cuartetos de rima consonante, con octasílabos y endecasílabos). País del humo (1948), Herreros de mi sangre (1949) de apenas unos cuantos cantos a poetas grandes, esta vez incluimos Ruben Darío, el primero con sus versos en preguntas y diálogo rimado precioso en un soneto, Toros, santos y flores (1950), muy al estilo de las obras de discursos, una conversación en versos entre los integrantes del título en tercetos,  Tallo sin muerte (1950), obra galardonada con el Premio Municipal de Poesía.

Sus siguientes entregas poéticas, Palabras de otros años (1950), Aire de soledad (1959) y Elegía sin fin (1962), lo llevan más adelante al Premio Nacional de Literatura. Además de otras obras Trompos y testimonios (1964), Definitivamente enamorado: Poemas (1965) y Trofeos de casa (1969). Aquí en la selección también abarcamos poemas de sus últimos 15 años de vida.

Dirigió la Academia Venezolana de la Lengua, donde había sido nombrado Individuo de número antes de 1970. Dirigió la Revista de Economía Latinoamericana, mientras fue vicepresidente del Banco Central de Venezuela, por varios períodos, institución de la cual se jubiló. Acometió labores como promotor de cultura, como Ministro de Estado para la Cultura (1979-1983), representante internacional en distintos períodos gubernamentales de facciones políticas adversarias entre sí.

Las obras de Luis Pastori se han sido traducido a más de 12 idiomas, para realizar esta selección tuvimos a mano ediciones en Portugués y Francés.

Las fuentes consultadas en líneas expresaban admiración, sorpresa y calificativos interesantes. Cerramos la reseña con el título de Eduardo Casanova Sucre en Círculo de escritores de Venezuela. Llama a Luis Pastori, cultor de la poesía y de la amistad.

Murió en Caracas, el 2 de mayo de 1994, a los 70 años de edad.

 

1 El tiempo está en el cielo

Del libro Sonetos Intemporales

 

Humo veloz del viernes. Ya mañana.

Siete días iguales de veloces.

el tiempo está en el cielo dando coces,

derribando semana tras semana.

 

Me adormezco pensando en esta vana

costumbre de escuchar las mismas voces:

tránsito de vigilias y de goces

-como espectros- en magra caravana.

 

Resucito, remuevo los escombros

de este infierno, donde un reloj se fuga

con Salvador Dalí sobre los hombros.

 

Y entre el vértigo gris del cataclismo,

mi corazón parece una tortuga,

de lo lento que marcha hacia el abismo.

 


 

 

2 Rubén Darío

(Publicado en HERREROS DE MI SANGRE (1950), un brevísimo poemario donde canta a grandes poetas y a sí mismo)

 

 

y no saber a dónde vamos

ni de dónde venimos! DARÍO

 

 

-¿De dónde vienes, padre innumerable?

No. Pregunta más bien a dónde sigo.

Soy el viajero eterno, que persigo

Lo que huye delante de mi sable.

 

-¡Será el mundo tal vez inagotable?

-Inagotable es Dios, aquí conmigo.

cuatrocientos leones comen trigo

en mis manos de Júpiter amable.

 

-Adónde, pues, tu blanca caravana,

monseñor de los pinos, fusilero

de filiación de tallo y de campana?

 

-Pregunta a dónde van los grandes ríos.

-¿Cómo te llamas, padre verdadero?

-Rubén, me llaman los amigos míos.

 

 

3 Intemperie

(fechado 28 de julio de 1981, publicado en el libro SINRAZONES premio hispanoamericano “León de Grieff” 1983)

 

Sigo

Buscando

el espejo

donde aquel niño se miró

por primera vez

los pequeños ojos,

los labios parlanchines,

y el preguntar por todo.

Y por nada.

 

Menos las metras,

Se le perdieron ahora

las planillas de examen,

el trompo, el papagayo,

la sonora perinola

con su cintura de botella,

el guiñolesco teatro

del pueblo,

los loros del corral de la casa,

el eucalipto,

la chimenea de campana,

la campana de la escuela,

las barajitas de Hollywood

y las estampas –olorosas

a cigarrillos-

con peloteros o boxeadores de moda.

 

También se le perdieron

los primeros trenes,

las retretas de la plaza,

el quiriminduñe,

guataco por las orejas,

y hasta aquel Arzobispo

de Constantinopla

que se quería

descontantinopolitanizar

 

3 Pero vengo del mar

Publicado en el libro Sonetos Intemporales (99 sonetos de amor) (Bogotá 1997)

 

Pero vengo del mar, ¿o estoy anclado

Como un náufrago al pie de su mirada,

O soy fruto de antigua marejada

Injertada a la tierra al costado?

 

Pero vengo del Sur desesperado,

Del Este con su solo en la portada,

¿o, sin límites, vengo de la nada,

Descendiente de un ciclo endemoniado?

 

Fuente, limo, pasión, alud, esfuerzo.

¿Dónde está la raíz en donde ejerzo

mi ritual de profeta desterrado?

 

Soy fruto de una antigua marejada,

O algún náufrago al pie de su mirada…

Pero vengo del mar, ¿o estoy anclado?

 

 

4  Ausencia

Ausencia (1948)

Yo sé que efectivamente he debido ir aquella
tarde, despacio, a mirar mis figuras preferidas
viajando, por el aire,
-heridas lentas de aire-
en el aire declamatorio de fin de semana.

Sé que me hubiera gustado, además,
verme allí retratado
como el fondo de un grupo de estudiantes
amables,
que aplaudían y reían
entre miradas y miradas de asentimiento.

Hubiera estado como siempre
vago en el gesto de detenerme
a contemplar alguna vieja baranda,
o el árbol desesperado que golpea
los ángulos derechos del gran patio.

Pero tal vez algo hubiera faltado.
Uno se acostumbra, a veces, a la sombra
de una mano en el brazo,
a tocar la piel de una sonrisa
junto a los hombros,
a compartir el espacio de la sombra
de nuestro cuerpo
con un cuerpo amado que cabe justamente
en la sombra de ese espacio.
Desde entonces,
pasan sábados y sábados y sábados
que esperan el domingo simple de la plaza
como un niño sus cuentos y sus lámparas.

 

 

5 Soneto para una soledad

 

Era tu soledad larga avería,

gato pernoctador en tejado,

Cristo con su Longinos al costado,

Pieza de casa en cepo de herrería.

 

La construcción total de una teoría

de andar sin nadie, bien acompañado,

con la pena que fluye del costado,

abierta y roja como la sandía.

 

Era tu soledad la estrafalaria

del pez con sed, del ave sedentaria,

De la luz con su oscuro pedestal.

 

Muñón de rabia, colofón de miedo,

Herencia de Caín y antiguo dedo

De aceite en el bautismo de la sal.

 


 

 

6 Bicicletas Azules

(Belgrado 1980)

 

¿Es que hay un alma?

¿No será la materia

el duro aposento

y, al mismo tiempo,

la única y sola dinámica?

Colegid

La dura estirpe del átomo,

El cráter milenario de la abeja

zumbando su lava pegajosa;

o la muerte como un racimo de cenizas

frotando espejos de vacíos escaparates.

El alma del hombre

es traspasada por ventiscas

y nubes y elefantes azules.

Y gime, como la bicicleta

Entre piernas de las muchachas.


 

 

7 Tan tuyas estas cosas

Un barco de papel en el pecho dice que el tiempo de los besos aún no ha llegado. Vicente Alexaindre

 

Vuelas a mi dolor todos los días

con el velo inmortal de la palomas

y en juncos de mi voz donde te asomas,

con tu espalda de amor me desafías

Tan tuyas estas cosas y tan mías,

Corazón de Jacinto que me aromas,

uniforme de miel, sol en las lomas

de mis comarcas áridas y frías.

 

Por tu frente te cruzan mis navíos

hacia tu alegre beso y tu suspiro

tan lejanos de mí, ¡pero tan míos!

 

Desde mi propio corazón te acecho.

No hay besos en tu boca, porque miro

Un barco de papel sobre tu pecho

 

 

8ª Hagamos un comentario antes de un intermedio musical

 

En 1946,  Luis Pastori y su amigo Tomás Alfaro Calatrava ganaron el 1er premio en el concurso para la letra del Himno universitario, promovido por la Universidad Central de Venezuela. La música la compuso  Evencio Castellanos. Para los graduados de esta casa de estudios, el momento de escuchar el himno en el Aula Magna, ha sido una cúspide de recuerdos emotivos. La belleza en las voces corales, del orfeón universitario, asciende al más elevado sueño joven de la libertad, de la paz y de la luz del conocimiento.  

Sea oportuno citar la opinión sobre Luis Pastori emitida por Arsinoe Moratorio, de Montevideo, Uruguay (recogido en la antología Razón de Ser, de editorial Bodoni):

“La poesía de Luis Pastori siempre tuvo musicalidad y acentos particulares que definen la calidad del poeta. Es audacia, pero siempre con calidad poética; es originalidad, pero como consecuencia de una vivencia humana, unidas a un gran conocimiento de las formas poéticas, de los porqué y los cómo de la poesía, que la valorizan y la enriquecen.”

Tan musical como para la letra de este himno, del cual sucesivas generaciones llaman a su Alma Mater, la casa que vence las sombras, por la frase que inicia la primera estrofa. Ponerle “traje de moza” y adornar “con brisa de mar” son dos de las más espontáneas evocaciones al alza de vuelo de los graduados. Asienta además a dos hitos del recinto: el médico José María Vargas y el maestro del tiempo José Manuel Cajigal. Leamos el himno:

 

8b Himno de la Universidad Central de Venezuela

 

Campesino que estás en la tierra,

marinero que estás en el mar,

miliciano que vas a la guerra

con un canto infinito de paz;

nuestro mundo de azules boinas

os invita su voz a escuchar.

Empujad hacia el alma la vida

en mensaje de marcha triunfal.

 

I

Esta casa que vence la sombra

con su lumbre de fiel claridad,

hoy se pone su traje de moza

y se adorna con brisa de mar.

 

II

Para el sueño encendido de Vargas

laboremos azul colmenar

mientras mide el perfil de la patria

con su exacto compás, Cajigal!

 

III

Libre viento que ronda y agita

con antiguo, desnudo clamor:

nuestra sangre de gesta cumplida,

nuestras manos tendidas al sol!

 

IV

Alma Mater, abierto Cabildo,

donde el pueblo redime su voz:

Nuestro pueblo de amable destino,

como el tuyo, empinado hacia Dios!

 

8c Himno de la Universidad Central de Venezuela

 

¿Qué tal si escuchamos el himno?

 


9 Fábula

Caracas 1982

A José Agustín Catalá

 

No me diréis que la razón existe.

Lo que se mueve en el fondo del pantano

es la razón del delincuente,

miedo cerval a herirle

con razones de nadie, con justicias

inútiles de nunca acabar.

 

Los poderes del hombre son

cada vez más parecidos a una sucia

moneda que rueda en todas partes,

toca puertas y entrañas, mancilla

tribunales; y desde luego viva

la fábula de los santos inocentes.

 

 

9 De cierto parecido con el llanto

Del libro Tallo sin muerte, Premio Municipal de Poesía (1950)

 

Cadáver demoníaco de un santo

colgado de los pies entre una fosa

sé que mi corazón tiene una cosa

de cierto parecido con el llanto.

 

No sé por qué, pero me duelen tanto

el verbo andar y el sustantivo rosa,

la calma con su capa silenciosa,

la cara aquella con aquel quebranto.

 

Pero tal vez, pero tal vez yo sepa

que no es el cielo esa callada estepa

donde la hierba de la brisa canta,

 

sino una sombra donde Dios navega:

pertenencia del sueño en dulce entrega,

sonámbulo que nunca se levanta! 


 

10 Olvidado por mi

 

Yo me asomo a tu amor de claro espejo

para ver si en su fondeo me consigo,

y en los lindes del ¡ay! Yo te persigo

con tu adiós y tu llanto circunflejo.

 

Yo me olvido en tu voz y allí me dejo,

Olvidado por mí, en mí, conmigo,

Mientras ato a luz de tu postigo

Claro barrote y corazón bermejo.

 

¡Ah, si la sangre, gemidora, viene,

confinada en la cruz de este lamento

que en la mano del aire te sostiene!

 

Pero espada y perfume te revelas.

Y te agitas y creces como el viento

en un mar de azotadas carabelas.



11 Soneto en vuelo

(Del libro Sonetos intemporales)

 

Vuela, volando, volador, el vuelo

de voladora miel, volada llama.

Volador colibrí sobre la rama.

Volado azul tristeza por el cielo

 

Volante corazón claro desvelo

Y volátiles pies alzan tu fama.

Queda lejos la mano que te llama:

En sus dedos, el lava del pañuelo.

 

No me persiga el cielo que te halaga

Con sus ángeles turbios a la zaga

Del llorado olvidar en desconsuelo.

 

Vuele a mí lo vencido de tu fama;

Si está lejos la mano que te llama,

Mírale entre los dedos el pañuelo

 


12 Nada

(Publicado en SINRAZONES, el poemario acreedor del Premio Hispanoamericano de Poesía “León de Greiff” 1983)

 

Es nada, es otra cosa,

es el jardín que endura

bajo la niebla.

 

La raza de abedules

o cambaras, de fogatas o lluvias,

es nada

-no pasa nada-

gime la soledad

entre los pinos

o las plumas del pájaro,

y yo podría jurar que alguien canta}

o que la rosa hincha la fronda

con su color efímero

de aire.

 

Y no sucede nada,

otra cosa que no sea

el agua

y su

arrastrarse entre las piedras,

casi el otoño que ase las manos de los bosques

y se aleja temblando

por entre los callejones

de hojas y cenizas. 

 

13a Poema: 10 y 30 p.m.

 

 

Si llegaras aquí, de pronto, junto a la mesa,

y me quitaras el reloj,

qué hora amarga te llevarías,

qué peso de barco hundido le quitarías a mi corazón.

Como una duda sin remedio,

como si al viento le dolieran los paisajes,

esta lejanía suena de pronto su trompeta de fiebre.

Por eso tiro los meses en el cesto.

Y hay un delirio unánime de días,

de semanas, de horas, de martirios

persiguiéndote, clamando en tu llegada,

golpeando por segundos como sangre

a la piel, con los puños heridos

de tanto llamar en vano a las puertas del tiempo.

 

13b Poema 10 y 30 pm en Portugués traducción Antonio Miranda

 

Se chegasses aqui, de repente, junto à mesa

e meu tomaras o relógio,

que hora amarga tu levarias,

que peso de navio afundando tirarias de meu coração.

 

Como uma dúvida sem cura,

como se, ao vento doessem as paisagens,

esta lonjura soa de repente seu trompete de febre.

Por isso arranco os meses do cesto.

E há um delírio unânime de dias

de semanas, de horas, de martírios

perseguindo-te, clamando em tua chegada,

golpeando por instantes como sangue

a flor da pele, com os punhos feridos

de tanto chamar em vão às portas do tempo.

 

 

14 Parentésis en zoología para reexpresar la palabra amor

Publicado en el País del Humo (1948) Este poema antológico de Luis Pastori, relaciona fábula, poesía y mitología. (Aquí como se publica en la antología Razón de Ser, 1987)

 

Por la jirafa,

que aspira a morder la luna;

 

por la cebra,

que al nacer se revolcó en un banco

recién pintado;

 

por el asno,

que se robó la flauta de Bartolo

y que piensa –como todo el mundo-

que la grama es verde y que la luna

es oro;

 

por el galápago,

que heredó el peto de Amadís de Gaula

y que afirma, con risa subcutánea,

que su concha de anacrónica Edad Media

fue modelo en las fraguas de la Muerte

para el tanque blindado de esta guerra;

 

por el ratón,

que anda siempre temiéndole al estoque

de Hamlet;

 

por el mono,

que ahora sí tiene miedo de ser hombre;

 

por la mariposa,

cromática reducción del aeroplano;

 

por el loro,

dictáfono de chicos y grandes de la casa…

 

Y por todos los que a tiempo no acudieron

al refugio del Arca, y no sintieron

el bronce de las voces patriarcales,

Alicia –Sherezada, Blanca Nieve-

Alicia, mirlo blanco, yo te quiero!

 

(Del corazón del pez saltó Esmeralda)

y Aquiles del talón del oso blanco,

Penélope a la tela de una araña

y el gordo Tartarín a Rocinante).

 

Alicia: Jezabel, Martha, María.

Alicia: fuente limpia, rama nueva.

Alicia, uva del tiempo, corza mía.

Alicia,  mirlo blanco, yo te quiero!

 

 

 

 

 

15 Bonus: estos son algunos de los muy pocos poemas que se encontraban en Internet

 

Pese a tan vasta obra, cuando comenzó la recopilación para este recital, muy pocos poemas estaban publicados en Internet. De los anteriores, Poema de las 10 y 30 pm, el himno universitario, Parentésis en zoología para expresar la palabra amor. Mas estos como conjunto,  bien no representarían el carácter de la obra de Luis Pastori, sonetista reconocido como tal, glosas,  elegías, temas de amor, alegría que también en conjunción con el reconocimiento de otros poetas, la mas erudita intertextualidad hicieron indispensable dedicar una visita más formal a su obra.

 

 

Tan importante como prolijo poeta, valió la pena hacer esta selección directamente desde libros impresos y así disponer de esta selección digital para nuestra sala en Clubhouse (App de audio). Esto fue posible por el acceso a la Biblioteca Pedro Grasses de la Universidad Metropolitana (Caracas, Venezuela), la amable diligencia de los bibliotecarios, especialmente José Manuel García de la sala humanística. 

 

 

15a Siempre crece un pino

Del libro Sonetos Intemporales

 

Marchándose sin prisa como vino

y agitado en su copa por el viento,

mi corazón es un arroyo lento

en cuya orilla siempre crece un pino.

 

En cuya orilla siempre crece un pino,

mi corazón es un arroyo lento,

agitado en su copa por el viento,

marchándose sin prisa como vino.

 

Marchándose sin prisa como vino,

agitado en su copa por el viento,

en cuya orilla siempre crece un pino.

 

En cuya orilla siempre crece un pino,

mi corazón es un arroyo lento,

marchándose sin prisa como vino.

 

 

 

 

15b Versos Viejos para una maestra

Del libro Las canciones de Beatriz, (1947) (tomado de la antología Razón de Ser, Obra Quasi Completa, de ed Bordoni 1997) Beatriz Mendoza, poetisa venezolana, esposa de Luis Pastori, fue tema en esta obra y otros tantos y bellos poemas.

 


Señorita:

Ayer, cuando la viera casualmente

fuera del aula que usted ama tanto,

quise ser un alumno inteligente

que, en vez de tesis, le escribiera un canto.

 

Yo me la imaginaba lejos, dura

-los maestros se piensan duros, lejos-

pero al saberla a usted distinta y pura,

le comencé a escribir mis versos viejos.

 

Y resucito para para el sueño hermoso

que en usted labra su expresión mas pura,

estos versos de ayer: Fuera dichoso

si se empeñara usted en su lectura!

 

Ya una vez en poeta alcé la lira

Para cantar la gloria que la aclama,

Pero pudo Ud. más que lo que inspira

Y del verso quedó solo la llama.

 

Y si marché con verso y amargura

del misterio que es la lámpara a su lado,

fue porque tuve la obsesión oscura

de que perdiendo y todo, había ganado.

 

Qué equivocado sin conocimiento:

Soñarme ganador, siendo el perdido!

Y es que el alma es a veces como el viento,

que se escapa hacia el Sur, haciendo ruido.

 

Hoy la conozco. Supe que es maestra

Y los maestros son seres diversos:

No le guardo rencor: Quieres una muestra?

Pues aquí se lo digo en estos versos.

 

Que cuando pasen bajo su pupila,

Perdone este final por lo primero:

El amor es muy niño y se jubila

porque en su escuela le pusieron cero.

 

Si tuviera un jardín, una campana,

Un pedazo de azul enredadera,

una fuente, una nube, una ventana,

mi palabra de honor que se los diera,

 

para que cuando llegue la mañana

enseñara la aurora a su manera

y fuera usted, que enseña, más humana

y mas divino el cielo, si aprendiera.

Oh soñadora, espejo, luna esquiva

de brumosa hondonada y nieblas grises:

Mapa es su corazón de lo que viva,

con lejanos y místicos países.

 

Oh maestra del sueño de un ensueño

que, más que un sueño, sueña que no sueña

si soñar no es quedarse bajo el sueño

para siempre jamás, como quien sueña…

 

 

Cuánto daría por oír su clase:

la historia universal, la geografía,

deben ser en sus labios sólo el pase

a una clara y frutal melancolía.

 

Yo estoy seguro que entre blancas velas

ven sus alumnos, bajo un dulce viento,

por sus ojos pasar las carabelas

cuando se les habla del Descubrimiento.

 

Señorita:

 

Usted que pone su juventud en todo

y tiene un corazón mucho más niño,

déjeme aparecer, de cualquier modo,

en la lista informal de su cariño!

 

 

 

 

 

 

Obras y nota final

Increíble para este recital (nuestra sala en Clubhouse de los domingos) haber encontrado poco material en el internet. En nuestro modesto conocimiento, Luis Pastori analizó obras y generaciones de los poetas venezolanos, siendo una guía más que de referencia de consulta y discusión insoslayable. En un prominente próximo encuentro será al menos compensado.

 

Es el autor de estas obras que listamos apenas cronológicamente:

 

Andrés Eloy Blanco: Parlamentario (Caracas, 1981 compilación)

Aire de soledad (Montevideo, 1959)

Las canciones de Beatriz (Caracas, 1947)

Caracas y la poesía (Caracas, 1966- Antología)

Definitivamente enamorado (Cumaná, 1965- Poemas)

Elegía sin fin (Caracas, 1962, poemas)

Hasta la fecha (Caracas, 1964)

Hasta aquí me trajo el río (Caracas, 1977)

Herreros de mi sangre (Caracas, 1950, poemas)

País del humo (Caracas, 1948)

Palabras de otros años (Caracas, 1954)

Poemas del olvido (Caracas, 1945)

Poemas en italiano (Caracas, 1941)

Poemas (París, 1966)

Poetas venezolanos (Buenos Aires, 1953)

Poetas (Caracas, 1976)

Primera selección lírica (Caracas, 1962)

Quince poemas para una mujer que tiene quince nombres (Caracas, 1942) Tallo sin muerte (Caracas, 1950)

Tiempo de glosa (Madrid, 1967)

Toros santos y flores, (Caracas, 1950)

Trofeos de caza (Caracas, 1969, poemas)

Trompos y testimonios (Caracas, 1964)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

fuera del aula que usted ama tanto,

 

 

 

 


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