Luis Pastori
Contenido
8ª
Hagamos un comentario antes de un intermedio musical
8b
Himno de la Universidad Central de Venezuela
8c
Himno de la Universidad Central de Venezuela
9 De
cierto parecido con el llanto
13
Poema 10 y 30 pm en Portugués traducción Antonio Miranda
14
Parentésis en zoología para reexpresar la palabra amor
15
Bonus: estos son algunos de los muy pocos poemas que se encontraban en
Internet
1a
Versos Viejos para una maestra
Reseña al vuelo
Luis Pastori nace en la Victoria,
Estado Aragua, el 25 de Agosto de 1921. Escribía poesía desde los 14 años de
edad hasta fundó una compañía teatral: Compañía Espaguetti.
Su primera publicación 15
poemas para una mujer que tiene 15 nombres, de 1942 cumplirá 80 años este
2022. Poemas del olvido vio la luz en 1945, en 1946 obtuvo el primer premio del
Concurso para el Himno Universitario, por la letra junto a José Alfaro
Calatrava. Poco después de graduarse como economista, alternó con labores de
docencia su producción como poeta en La Victoria
(Edo. Aragua) Las canciones de Beatriz, de 1947, contiene
Versos viejos para una joven maestra (contenidos en esta selección por su
belleza y sobre todo gran difusión, escrita en cuartetos de rima consonante,
con octasílabos y endecasílabos). País del humo (1948), Herreros de mi sangre
(1949) de apenas unos cuantos cantos a poetas grandes, esta vez incluimos Ruben
Darío, el primero con sus versos en preguntas y diálogo rimado precioso en un
soneto, Toros, santos y flores (1950), muy al estilo de las obras de discursos,
una conversación en versos entre los integrantes del título en tercetos, Tallo sin muerte (1950), obra galardonada con
el Premio Municipal de Poesía.
Sus siguientes entregas poéticas,
Palabras de otros años (1950), Aire de soledad (1959) y Elegía sin fin (1962), lo
llevan más adelante al Premio Nacional de Literatura. Además de otras obras
Trompos y testimonios (1964), Definitivamente enamorado: Poemas (1965) y
Trofeos de casa (1969). Aquí en la selección también abarcamos poemas de sus
últimos 15 años de vida.
Dirigió la Academia Venezolana de
la Lengua, donde había sido nombrado Individuo de número antes de 1970. Dirigió
la Revista de Economía Latinoamericana, mientras fue vicepresidente del Banco
Central de Venezuela, por varios períodos, institución de la cual se jubiló.
Acometió labores como promotor de cultura, como Ministro de Estado para la
Cultura (1979-1983), representante internacional en distintos períodos
gubernamentales de facciones políticas adversarias entre sí.
Las obras de Luis Pastori se han
sido traducido a más de 12 idiomas, para realizar esta selección tuvimos a mano
ediciones en Portugués y Francés.
Las fuentes consultadas en líneas
expresaban admiración, sorpresa y calificativos interesantes. Cerramos la
reseña con el título de Eduardo Casanova Sucre en Círculo de escritores de
Venezuela. Llama a Luis Pastori, cultor
de la poesía y de la amistad.
Murió en Caracas, el 2 de mayo de
1994, a los 70 años de edad.
1 El tiempo está en el cielo
Del libro Sonetos
Intemporales
Humo veloz
del viernes. Ya mañana.
Siete días
iguales de veloces.
el tiempo
está en el cielo dando coces,
derribando
semana tras semana.
Me adormezco
pensando en esta vana
costumbre de
escuchar las mismas voces:
tránsito de
vigilias y de goces
-como
espectros- en magra caravana.
Resucito,
remuevo los escombros
de este
infierno, donde un reloj se fuga
con Salvador
Dalí sobre los hombros.
Y entre el
vértigo gris del cataclismo,
mi corazón
parece una tortuga,
de lo lento
que marcha hacia el abismo.
2 Rubén Darío
(Publicado en HERREROS DE MI SANGRE (1950), un brevísimo poemario donde
canta a grandes poetas y a sí mismo)
y no saber a dónde vamos
ni de dónde venimos! DARÍO
-¿De dónde
vienes, padre innumerable?
No. Pregunta
más bien a dónde sigo.
Soy el
viajero eterno, que persigo
Lo que huye
delante de mi sable.
-¡Será el
mundo tal vez inagotable?
-Inagotable
es Dios, aquí conmigo.
cuatrocientos
leones comen trigo
en mis manos
de Júpiter amable.
-Adónde,
pues, tu blanca caravana,
monseñor de
los pinos, fusilero
de filiación
de tallo y de campana?
-Pregunta a
dónde van los grandes ríos.
-¿Cómo te
llamas, padre verdadero?
-Rubén, me
llaman los amigos míos.
3 Intemperie
(fechado 28
de julio de 1981, publicado en el libro SINRAZONES premio hispanoamericano
“León de Grieff” 1983)
Sigo
Buscando
el espejo
donde aquel
niño se miró
por primera
vez
los pequeños
ojos,
los labios
parlanchines,
y el
preguntar por todo.
Y por nada.
Menos las
metras,
Se le perdieron
ahora
las
planillas de examen,
el trompo,
el papagayo,
la sonora
perinola
con su
cintura de botella,
el
guiñolesco teatro
del pueblo,
los loros
del corral de la casa,
el
eucalipto,
la chimenea
de campana,
la campana
de la escuela,
las
barajitas de Hollywood
y las
estampas –olorosas
a
cigarrillos-
con
peloteros o boxeadores de moda.
También se
le perdieron
los primeros
trenes,
las retretas
de la plaza,
el
quiriminduñe,
guataco por
las orejas,
y hasta
aquel Arzobispo
de
Constantinopla
que se
quería
descontantinopolitanizar
3 Pero vengo del mar
Publicado en el libro Sonetos
Intemporales (99 sonetos de amor) (Bogotá 1997)
Pero vengo
del mar, ¿o estoy anclado
Como un
náufrago al pie de su mirada,
O soy fruto
de antigua marejada
Injertada a
la tierra al costado?
Pero vengo
del Sur desesperado,
Del Este con
su solo en la portada,
¿o, sin
límites, vengo de la nada,
Descendiente
de un ciclo endemoniado?
Fuente,
limo, pasión, alud, esfuerzo.
¿Dónde está
la raíz en donde ejerzo
mi ritual de
profeta desterrado?
Soy fruto de
una antigua marejada,
O algún
náufrago al pie de su mirada…
Pero vengo
del mar, ¿o estoy anclado?
4 Ausencia
Ausencia (1948)
Yo sé que efectivamente he debido ir aquella
tarde, despacio, a mirar mis figuras preferidas
viajando, por el aire,
-heridas lentas de aire-
en el aire declamatorio de fin de semana.
Sé que me hubiera gustado, además,
verme allí retratado
como el fondo de un grupo de estudiantes
amables,
que aplaudían y reían
entre miradas y miradas de asentimiento.
Hubiera estado como siempre
vago en el gesto de detenerme
a contemplar alguna vieja baranda,
o el árbol desesperado que golpea
los ángulos derechos del gran patio.
Pero tal vez algo hubiera faltado.
Uno se acostumbra, a veces, a la sombra
de una mano en el brazo,
a tocar la piel de una sonrisa
junto a los hombros,
a compartir el espacio de la sombra
de nuestro cuerpo
con un cuerpo amado que cabe justamente
en la sombra de ese espacio.
Desde entonces,
pasan sábados y sábados y sábados
que esperan el domingo simple de la plaza
como un niño sus cuentos y sus lámparas.
5 Soneto para una soledad
Era tu
soledad larga avería,
gato
pernoctador en tejado,
Cristo con
su Longinos al costado,
Pieza de
casa en cepo de herrería.
La
construcción total de una teoría
de andar sin
nadie, bien acompañado,
con la pena
que fluye del costado,
abierta y
roja como la sandía.
Era tu
soledad la estrafalaria
del pez con
sed, del ave sedentaria,
De la luz
con su oscuro pedestal.
Muñón de
rabia, colofón de miedo,
Herencia de
Caín y antiguo dedo
De aceite en
el bautismo de la sal.
6 Bicicletas Azules
(Belgrado 1980)
¿Es que hay un alma?
¿No será la materia
el duro aposento
y, al mismo tiempo,
la única y sola dinámica?
Colegid
La dura estirpe del átomo,
El cráter milenario de la abeja
zumbando su lava pegajosa;
o la muerte como un racimo de cenizas
frotando espejos de vacíos escaparates.
El alma del hombre
es traspasada por ventiscas
y nubes y elefantes azules.
Y gime, como la bicicleta
Entre piernas de las muchachas.
7 Tan tuyas estas cosas
Un barco de papel en el pecho dice que
el tiempo de los besos aún no ha llegado. Vicente Alexaindre
Vuelas a mi
dolor todos los días
con el velo
inmortal de la palomas
y en juncos
de mi voz donde te asomas,
con tu
espalda de amor me desafías
Tan tuyas
estas cosas y tan mías,
Corazón de
Jacinto que me aromas,
uniforme de
miel, sol en las lomas
de mis
comarcas áridas y frías.
Por tu
frente te cruzan mis navíos
hacia tu
alegre beso y tu suspiro
tan lejanos
de mí, ¡pero tan míos!
Desde mi
propio corazón te acecho.
No hay besos
en tu boca, porque miro
Un barco de
papel sobre tu pecho
8ª Hagamos un
comentario antes de un intermedio musical
En 1946, Luis Pastori
y su amigo Tomás Alfaro Calatrava ganaron el 1er premio en el concurso para la
letra del Himno universitario, promovido por la Universidad Central de
Venezuela. La música la compuso Evencio
Castellanos. Para los graduados de esta casa de estudios, el momento de
escuchar el himno en el Aula Magna, ha sido una cúspide de recuerdos emotivos.
La belleza en las voces corales, del orfeón universitario, asciende al más
elevado sueño joven de la libertad, de la paz y de la luz del conocimiento.
Sea oportuno citar la opinión sobre Luis Pastori emitida por
Arsinoe Moratorio, de Montevideo, Uruguay (recogido en la antología Razón de
Ser, de editorial Bodoni):
“La poesía de Luis Pastori siempre tuvo musicalidad y
acentos particulares que definen la calidad del poeta. Es audacia, pero siempre
con calidad poética; es originalidad, pero como consecuencia de una vivencia humana,
unidas a un gran conocimiento de las formas poéticas, de los porqué y los cómo
de la poesía, que la valorizan y la enriquecen.”
Tan musical como para la letra de este himno, del cual
sucesivas generaciones llaman a su Alma Mater, la casa que vence las sombras, por la frase que inicia la primera
estrofa. Ponerle “traje de moza” y adornar “con brisa de mar” son dos de las
más espontáneas evocaciones al alza de vuelo de los graduados. Asienta además a
dos hitos del recinto: el médico José María Vargas y el maestro del tiempo José
Manuel Cajigal. Leamos el himno:
8b Himno de la Universidad Central de
Venezuela
Campesino
que estás en la tierra,
marinero que
estás en el mar,
miliciano
que vas a la guerra
con un canto
infinito de paz;
nuestro
mundo de azules boinas
os invita su
voz a escuchar.
Empujad
hacia el alma la vida
en mensaje
de marcha triunfal.
I
Esta casa
que vence la sombra
con su
lumbre de fiel claridad,
hoy se pone
su traje de moza
y se adorna
con brisa de mar.
II
Para el
sueño encendido de Vargas
laboremos
azul colmenar
mientras
mide el perfil de la patria
con su
exacto compás, Cajigal!
III
Libre viento
que ronda y agita
con antiguo,
desnudo clamor:
nuestra
sangre de gesta cumplida,
nuestras
manos tendidas al sol!
IV
Alma Mater,
abierto Cabildo,
donde el
pueblo redime su voz:
Nuestro
pueblo de amable destino,
como el
tuyo, empinado hacia Dios!
8c Himno de la Universidad Central de
Venezuela
¿Qué tal si escuchamos el himno?
9 Fábula
Caracas 1982
A José
Agustín Catalá
No me diréis
que la razón existe.
Lo que se
mueve en el fondo del pantano
es la razón
del delincuente,
miedo cerval
a herirle
con razones
de nadie, con justicias
inútiles de
nunca acabar.
Los poderes
del hombre son
cada vez más
parecidos a una sucia
moneda que
rueda en todas partes,
toca puertas
y entrañas, mancilla
tribunales;
y desde luego viva
la fábula de
los santos inocentes.
9 De cierto parecido
con el llanto
Del libro Tallo sin muerte, Premio Municipal de Poesía (1950)
Cadáver
demoníaco de un santo
colgado de
los pies entre una fosa
sé que mi
corazón tiene una cosa
de cierto
parecido con el llanto.
No sé por
qué, pero me duelen tanto
el verbo
andar y el sustantivo rosa,
la calma con
su capa silenciosa,
la cara
aquella con aquel quebranto.
Pero tal
vez, pero tal vez yo sepa
que no es el
cielo esa callada estepa
donde la
hierba de la brisa canta,
sino una
sombra donde Dios navega:
pertenencia
del sueño en dulce entrega,
sonámbulo que nunca se levanta!
10 Olvidado por mi
Yo me asomo
a tu amor de claro espejo
para ver si
en su fondeo me consigo,
y en los
lindes del ¡ay! Yo te persigo
con tu adiós
y tu llanto circunflejo.
Yo me olvido
en tu voz y allí me dejo,
Olvidado por
mí, en mí, conmigo,
Mientras ato
a luz de tu postigo
Claro
barrote y corazón bermejo.
¡Ah, si la
sangre, gemidora, viene,
confinada en
la cruz de este lamento
que en la
mano del aire te sostiene!
Pero espada
y perfume te revelas.
Y te agitas
y creces como el viento
en un mar de
azotadas carabelas.
11 Soneto en vuelo
(Del libro Sonetos intemporales)
Vuela,
volando, volador, el vuelo
de voladora
miel, volada llama.
Volador
colibrí sobre la rama.
Volado azul
tristeza por el cielo
Volante
corazón claro desvelo
Y volátiles
pies alzan tu fama.
Queda lejos
la mano que te llama:
En sus
dedos, el lava del pañuelo.
No me
persiga el cielo que te halaga
Con sus
ángeles turbios a la zaga
Del llorado
olvidar en desconsuelo.
Vuele a mí
lo vencido de tu fama;
Si está
lejos la mano que te llama,
Mírale entre
los dedos el pañuelo
12 Nada
(Publicado en SINRAZONES, el poemario acreedor del Premio Hispanoamericano de Poesía “León de Greiff” 1983)
Es nada, es
otra cosa,
es el jardín
que endura
bajo la
niebla.
La raza de
abedules
o cambaras,
de fogatas o lluvias,
es nada
-no pasa
nada-
gime la
soledad
entre los
pinos
o las plumas
del pájaro,
y yo podría
jurar que alguien canta}
o que la
rosa hincha la fronda
con su color
efímero
de aire.
Y no sucede
nada,
otra cosa
que no sea
el agua
y su
arrastrarse
entre las piedras,
casi el
otoño que ase las manos de los bosques
y se aleja
temblando
por entre
los callejones
de hojas y cenizas.
13a Poema: 10 y 30 p.m.
Si llegaras
aquí, de pronto, junto a la mesa,
y me
quitaras el reloj,
qué hora
amarga te llevarías,
qué peso de
barco hundido le quitarías a mi corazón.
Como una
duda sin remedio,
como si al
viento le dolieran los paisajes,
esta lejanía
suena de pronto su trompeta de fiebre.
Por eso tiro
los meses en el cesto.
Y hay un
delirio unánime de días,
de semanas,
de horas, de martirios
persiguiéndote,
clamando en tu llegada,
golpeando
por segundos como sangre
a la piel,
con los puños heridos
de tanto
llamar en vano a las puertas del tiempo.
13b Poema 10 y 30 pm en Portugués traducción Antonio
Miranda
Se chegasses
aqui, de repente, junto à mesa
e meu
tomaras o relógio,
que hora
amarga tu levarias,
que peso de
navio afundando tirarias de meu coração.
Como uma
dúvida sem cura,
como se, ao
vento doessem as paisagens,
esta lonjura
soa de repente seu trompete de febre.
Por isso
arranco os meses do cesto.
E há um delírio
unânime de dias
de semanas,
de horas, de martírios
perseguindo-te,
clamando em tua chegada,
golpeando
por instantes como sangue
a flor da
pele, com os punhos feridos
de tanto chamar em vão às portas do tempo.
14 Parentésis en zoología para reexpresar la palabra
amor
Publicado en
el País del Humo (1948) Este poema antológico de Luis Pastori, relaciona
fábula, poesía y mitología. (Aquí como se publica en la antología Razón de Ser,
1987)
Por la
jirafa,
que aspira a
morder la luna;
por la cebra,
que al nacer
se revolcó en un banco
recién pintado;
por el asno,
que se robó
la flauta de Bartolo
y que piensa
–como todo el mundo-
que la grama
es verde y que la luna
es oro;
por el galápago,
que heredó
el peto de Amadís de Gaula
y que
afirma, con risa subcutánea,
que su
concha de anacrónica Edad Media
fue modelo
en las fraguas de la Muerte
para el
tanque blindado de esta guerra;
por el ratón,
que anda
siempre temiéndole al estoque
de Hamlet;
por el mono,
que ahora sí
tiene miedo de ser hombre;
por la mariposa,
cromática
reducción del aeroplano;
por el loro,
dictáfono de
chicos y grandes de la casa…
Y por todos
los que a tiempo no acudieron
al refugio
del Arca, y no sintieron
el bronce de
las voces patriarcales,
Alicia
–Sherezada, Blanca Nieve-
Alicia,
mirlo blanco, yo te quiero!
(Del corazón
del pez saltó Esmeralda)
y Aquiles
del talón del oso blanco,
Penélope a
la tela de una araña
y el gordo
Tartarín a Rocinante).
Alicia:
Jezabel, Martha, María.
Alicia:
fuente limpia, rama nueva.
Alicia, uva
del tiempo, corza mía.
Alicia, mirlo blanco, yo te quiero!
15 Bonus: estos son algunos
de los muy pocos poemas que se encontraban en Internet
Pese a tan
vasta obra, cuando comenzó la recopilación para este recital, muy pocos poemas
estaban publicados en Internet. De los anteriores, Poema de las 10 y 30 pm, el
himno universitario, Parentésis en zoología para expresar la palabra amor. Mas
estos como conjunto, bien no
representarían el carácter de la obra de Luis Pastori, sonetista reconocido
como tal, glosas, elegías, temas de
amor, alegría que también en conjunción con el reconocimiento de otros poetas,
la mas erudita intertextualidad hicieron indispensable dedicar una visita más
formal a su obra.
Tan importante como prolijo poeta, valió la pena hacer esta selección directamente desde libros impresos y así disponer de esta selección digital para nuestra sala en Clubhouse (App de audio). Esto fue posible por el acceso a la Biblioteca Pedro Grasses de la Universidad Metropolitana (Caracas, Venezuela), la amable diligencia de los bibliotecarios, especialmente José Manuel García de la sala humanística.
15a Siempre
crece un pino
Del libro Sonetos Intemporales
Marchándose
sin prisa como vino
y agitado en
su copa por el viento,
mi corazón
es un arroyo lento
en cuya
orilla siempre crece un pino.
En cuya
orilla siempre crece un pino,
mi corazón
es un arroyo lento,
agitado en
su copa por el viento,
marchándose
sin prisa como vino.
Marchándose
sin prisa como vino,
agitado en
su copa por el viento,
en cuya
orilla siempre crece un pino.
En cuya
orilla siempre crece un pino,
mi corazón
es un arroyo lento,
marchándose
sin prisa como vino.
15b Versos
Viejos para una maestra
Del libro Las canciones de Beatriz, (1947)
(tomado de la antología Razón de Ser, Obra Quasi Completa, de ed Bordoni 1997)
Beatriz Mendoza, poetisa venezolana, esposa de Luis Pastori, fue tema en esta
obra y otros tantos y bellos poemas.
Señorita:
Ayer, cuando
la viera casualmente
fuera del
aula que usted ama tanto,
quise ser un
alumno inteligente
que, en vez
de tesis, le escribiera un canto.
Yo me la
imaginaba lejos, dura
-los
maestros se piensan duros, lejos-
pero al
saberla a usted distinta y pura,
le comencé a
escribir mis versos viejos.
Y resucito
para para el sueño hermoso
que en usted
labra su expresión mas pura,
estos versos
de ayer: Fuera dichoso
si se
empeñara usted en su lectura!
Ya una vez
en poeta alcé la lira
Para cantar
la gloria que la aclama,
Pero pudo
Ud. más que lo que inspira
Y del verso
quedó solo la llama.
Y si marché
con verso y amargura
del misterio
que es la lámpara a su lado,
fue porque
tuve la obsesión oscura
de que
perdiendo y todo, había ganado.
Qué
equivocado sin conocimiento:
Soñarme
ganador, siendo el perdido!
Y es que el
alma es a veces como el viento,
que se
escapa hacia el Sur, haciendo ruido.
Hoy la
conozco. Supe que es maestra
Y los
maestros son seres diversos:
No le guardo
rencor: Quieres una muestra?
Pues aquí se
lo digo en estos versos.
Que cuando
pasen bajo su pupila,
Perdone este
final por lo primero:
El amor es
muy niño y se jubila
porque en su
escuela le pusieron cero.
Si tuviera
un jardín, una campana,
Un pedazo de
azul enredadera,
una fuente,
una nube, una ventana,
mi palabra
de honor que se los diera,
para que
cuando llegue la mañana
enseñara la
aurora a su manera
y fuera
usted, que enseña, más humana
y mas divino
el cielo, si aprendiera.
Oh soñadora,
espejo, luna esquiva
de brumosa
hondonada y nieblas grises:
Mapa es su
corazón de lo que viva,
con lejanos y místicos países.
Oh maestra
del sueño de un ensueño
que, más que
un sueño, sueña que no sueña
si soñar no
es quedarse bajo el sueño
para siempre
jamás, como quien sueña…
Cuánto daría
por oír su clase:
la historia
universal, la geografía,
deben ser en
sus labios sólo el pase
a una clara
y frutal melancolía.
Yo estoy
seguro que entre blancas velas
ven sus
alumnos, bajo un dulce viento,
por sus ojos
pasar las carabelas
cuando se
les habla del Descubrimiento.
Señorita:
Usted que
pone su juventud en todo
y tiene un
corazón mucho más niño,
déjeme
aparecer, de cualquier modo,
en la lista
informal de su cariño!
Obras y nota final
Increíble para este recital
(nuestra sala en Clubhouse de los domingos) haber encontrado poco material en
el internet. En nuestro modesto conocimiento, Luis Pastori analizó obras y
generaciones de los poetas venezolanos, siendo una guía más que de referencia
de consulta y discusión insoslayable. En un prominente próximo encuentro será
al menos compensado.
Es el autor de estas obras que
listamos apenas cronológicamente:
Andrés Eloy
Blanco: Parlamentario (Caracas, 1981 compilación)
Aire de
soledad (Montevideo, 1959)
Las canciones
de Beatriz (Caracas, 1947)
Caracas y la
poesía (Caracas, 1966- Antología)
Definitivamente
enamorado (Cumaná, 1965- Poemas)
Elegía sin fin
(Caracas, 1962, poemas)
Hasta la fecha
(Caracas, 1964)
Hasta aquí me
trajo el río (Caracas, 1977)
Herreros de mi
sangre (Caracas, 1950, poemas)
País del humo
(Caracas, 1948)
Palabras de
otros años (Caracas, 1954)
Poemas del
olvido (Caracas, 1945)
Poemas en
italiano (Caracas, 1941)
Poemas (París,
1966)
Poetas
venezolanos (Buenos Aires, 1953)
Poetas
(Caracas, 1976)
Primera
selección lírica (Caracas, 1962)
Quince poemas
para una mujer que tiene quince nombres (Caracas, 1942) Tallo sin muerte
(Caracas, 1950)
Tiempo de
glosa (Madrid, 1967)
Toros santos y
flores, (Caracas, 1950)
Trofeos de
caza (Caracas, 1969, poemas)
Trompos y
testimonios (Caracas, 1964)
fuera del aula que usted ama tanto,
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